
La historia de esta habitación comienza por el final: La mesa, con mantel traído por mi hijo de una feria de artesanía, preparado para un desayuno con arroz con leche y pastitas -ambos de la cocina de estilismo "Alondra"- y un escapado chiquitín escondido con un zapato de.... (a lo mejor de mi socio Victor....)-
Pero no siempre fue tan apetecible, no, la historia comenzó....

La realidad es que es un verdadero coñazo. Me he pegado un montón de tiempo barnizando, mano trás mano, y no me salía el color caoba que yo quería. ¿y hay que lijar? ¡Pero si me como las pijaditas de los relievessss! Y después a tapizar, no se me pegan las cosas, se mancha la tela.... los dedos se me pegan y la seda a ellos pero no al cartón. ¡XD!
Al final, la "mosca cojonera" de Víctor me dice que si no le faltaba otra mano de barníz.... La próxima vez meto el mueble en la lata a ver que pasa.... Por fin salió y creo que no muy mal.....

Las sillas tienen unos adornitos dorados que me hicieron mucha gracia al ponerlos.
Están preparando el desayuno y con tanto ir y venir se han colado dos intrusos.
El cachorrito juguetón y el cachorrito chulillo. ¡Que le vamos a hacer!
Claro que cuando los vea Víctor.....