lunes, 5 de abril de 2010

PREMIO DE VIVIAN

Gracias amiga Vivian!!!!!. Siempre tiene un comentario agradable y pronto para animar a las compis. Eres un tesoro palmero-cartagenero.


Aquí va su blog de obligada visita: http://vivian-mimundoparalelo.blogspot.com/


Yo se lo paso a: TODAS LAS/LOS SEGUIDORAS/ES DE MI BLOG CON MUCHO CARIÑO

SANCOCHO DEL VIERNES SANTO

Esta es la comida, tradicional en mi casa, del Viernes Santo. Es una de las 5 o 6 veces que actúo yo en la cocina. El pescado, Cherne salado, llevaba tres días de remojo y cambiandole el agua para desalar.

En el calderón, se usa sólo en Navidad y ahora, se ponen las papas cortadas en dos y sin pelar, la batata, amarilla y blanca y el pescado. Yo le añadí una cebolla y unos dientes de ajos por mi cuenta, pero no creo que sea de la receta (me hubiera gustado fijarme más cuando lo hacía mi suegra que era toda una experta y que de ella nació la tradición de reunirse toda la familia en torno a este plato en esta fecha) pero me "pegaba" a ver que pasaba.
Mientras, preparé la ensalada

Cuando ya estaba guisado todo, LLAMÉ A MI MARIDO PARA EL GOFIO. Es una responsabilidad que no me gusta tener. Nosotros lo hacemos poniendo un poco del agua y amasando hasta formar una "pella" de gofio que se corta en rodajas gorditas y cada uno hace "su puñito"
La cosa empezó bien, pero..... no salió como esperábamos. Terminó haciendo una especie de cocretones ¿? raros, raros, pero rarossss.Eso sí, buenísimos de sabor.

Ya no quedaba sino "emplatar":
El pescado Las papas y batatas
y el toque REFINITIVO: mojo picón.Es tan importante que preferí comprar uno, palmero, que salió bueníiiiiiisimo.
Salió todo perfecto, comimos, y disfrutamos juntos aunque me faltaron cuatro personas en la mesa. Por cierto, mi hija María que estaba en Tenerife, piensa que allí no existe el Sancocho porque no lo encontró en ningún sitio al que llamó. No lo conocían!¿¡? Tendré que comprobarlo.

Sobró tanto pescado y papas, que se convirtieron en la mejor ensaladilla rusa y croquetas que se puedan imaginar. Claro, eso ya no lo hice yo. Mi hija Ana y mi hijo Miguel (con la termomix) se encargarón de esa "misión imposible" para mi.